No me importa tu ayer
No
me importa tu ayer
ni
tampoco tus pecados,
tu
hoy quiero conocer;
pero
eso, está en tus manos.
Si
me lo alcanzas lo cogeré
con cariño y con agrado,
es
mi forma de querer
al bien por mí soñado.
No
me preguntes por qué
de
ti estoy enamorado,
siempre te responderé
que
tus ojos me hechizaron.
Por
las planicies del mar
con
majestad vuela el albatros,
sus
olas me han de llevar
En
él no habrá manejadas
ni
rompientes acantilados,
sus
olas llegaran mansas
que
acogeré en mis brazos.
Llenaré
tu ánfora griega
con
mostos de mí pasión,
y
parecerá una orquesta
el
tan, tan, del corazón.
Batiré
mi propio récor
aunque
de por sí sea alto,
la
hermosura de tu cuerpo
borrará
todo cansancio.
Se
fundirán nuestros labios
como
la hiedra en el haya,
y
brotarán mil penachos
con
sus fulgores de plata.
Qué
dulce es el erotismo
con
la mujer que se ama,
y
qué negro el negro abismo
cuando
ves su luz tan clara.
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