domingo, 11 de junio de 2023

Llanuras etéreas

 

Llanuras etéreas


El mundo  de mí alrededor apesta;

No por sus fluidos  en sí,

Sino por las gentes que lo pisan,

Las cuales, viven embalsamadas

En sus nebulosas de estrellas errantes.

No sonríen en silencio,

Se ríen del mismo silencio,

Que, algunos, ofrecemos resignados

Ante los atropellos  del  ir y venir de ojos

Capaces de convertirnos en polvo estelar.

La mueca irónica de la sonrisa  envejece

Hasta  hacernos quedar como auténticos tontos

Que miran por encima de los hombros al sol,

Tras conseguir ocultarlo con el  acusador dedo.

El brillo del  sol escuece los ojos

Mutilando las expectativas

Que avergüenzan las llanuras silenciosas

Cargadas con nuestro equipaje lleno de lamentos.

Nuestra libertad viaja por llanuras etéreas,

Pues la liberadora orilla

Nunca vio la piedra situada  en la otra oriya,

Y por ello, triunfó sobre la piedra;

Para después, sucumbir ante la corriente del   río impetuoso,

Cuyo caudal,  arrastraba los deseos y las dichas.

Nos ilusionó grandemente el  tesoro de la vida,

Como  el galeón alegró los mares ignotos

Cuando el mundo se nos quedó pequeño.

El horizonte, pinta sus cejas de rojo

Derrotado por las tinieblas del invierno,

Que desnudó de abrazos y colores el firmamento.

El  amor flota azotado por las mareas azules,

La rosa crece en la piedra,

Mientras el corazón, con raíces oscuras,

Anida en la tormenta

Donde las flores turgentes

 Son fósforos dispuestos a arder

 Para dar luz a las  cavernas del  alma.



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