La
casita tenebrosa
Tras adquirir el uso de la razón
Una voz, que me pareció horrible, llamó;
Pero no le hice el menor caso;
Sólo me llamó una vez
Y desde entonces, aún no me ha llamado.
Por experiencia, sé que quien me reclamaba es paciente,
Sabedora que tarde o temprano
Me veré en la embarazosa situación
De acudir a su llamada,
Al igual que acudieron todos cuantos nos
precedieron.
Seguro que iré a regañadientes, forzado;
Pues todos tenemos una pequeña y oscura casita,
Dispuesta a dar cobijo a nuestros huesos
Hasta el fin de los tiempos.
La voz era la de la muerte,
Y la casita
tenebrosa
“Nuestra tumba”
No hay comentarios:
Publicar un comentario