Las
nubes de mi vida
Hace cuarenta años, observaba esta
parte del cielo;
Había otras nubes que el viento
movía
Y alejaba hasta el horizonte
ignoto.
Yo, me veía como un pequeño insecto
Cuyas alas ceñidas de pegamento
Me impedían seguir su estela.
¡Qué grande me parecía el mundo!
¡Qué indómito!
Pero en realidad, era yo quien estaba
domado,
Quizás, preso por unas verjas
Que, de momento, para lo único que
servían
Era para ganar un pequeño salario.
Envidiaba a las nubes viajeras,
Pues desde su privilegiado mirador
Las veía libres de ataduras ajenas.
Quería huir de allí;
Pero dichas ataduras eran como
cadenas
Que arrastra el esclavo sometido a
su señor.
Las nubes tenían la capacidad
De juntarse con otras nubes,
Para ser más voluminosas,
Más fuertes, gracias a sus lazos
afectivos.
Lo único que podía hacer era soñar,
Soñar con ser una de esas nubes
viajeras
Que, en principio, surgieron de la
nada,
Y yo, era otra nada multiplicada al
cubo,
Un insignificante corazón
palpitante,
Lleno de ilusiones,
Rodeado por un mundo inmenso
Donde todo eran órdenes y sudor
amargo;
En definitiva, un cuerpo magullado
Por los
esfuerzos de sobrevivir.
Cuando nada se tiene, todo se
desea;
Pero la suerte me era esquiva,
El único consuelo era ver que resistía.
Otros como yo,
Bien acabaron ahogándose en sus preocupaciones,
O rotos en mil pedazos como el cristal
que estalla.
Viendo estas desgracias me alentaba:
¡Yo sigo vivo! ¡Qué suerte tengo!
Pero hasta la fecha,
Sólo era un cronista de recuerdos
sombríos.
¡Pobre Javier, con lo simpático que
era!
¡Pobre Pablo, que vivió con temor,
Y no supo abrir la puerta del coche
Cuando éste se calló en el canal,
Cuando a medio metro de su cabeza
Estaba el aire puro!
Luego, otras muchas personas se
quedaron
Agotados por el camino de la vida.
Quizás viendo las mismas nubes que
yo vi,
Mirando el mismo horizonte
Que yo, deseaba abrazar.
Las nubes, podrán cambiar de
aspecto;
Pero siempre tienen la misma
misión:
Fecundarse para alegrar la tierra
Con su húmedo aliento.
Después de cuarenta años,
Sigo viendo nubes, sigo soñando,
Sigo con los mismos deseos.
El cielo, es la sala
Donde se proyectan nuestras
películas,
Con nuestros dramas, nuestras
comedias…
Y… de momento…
Yo, soy un cinéfilo, que, afortunadamente,
Entretengo mi tiempo
Viendo pasar las nubes de mi vida.
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