"Corrido"
La venganza
La bala que
entró en mi cuerpo
Iba hacia ti
dirigida;
Pero yo, ante ella interpuse
Para proteger tu vida.
El hombre que disparó
Aquella bala furtiva,
No sabía que eras la flor
Del ramo por mí elegida.
Una vez recuperado
Pedí justicia divina;
Pero al no ser escuchado
Me armé con mi carabina.
Entonces seguí sus pasos
Que a Sierra Madre dirigía,
Y entremedio unos peñascos
vi mi promesa cumplía.
Allí devolví la bala
Del calibre que debía,
Desgarrándole la cara
por aquella justa porfía.
Allí lo dejé a merced
de las aves de carroña,
que se darían un festín
al menos por una hora.
Ahora todo lo cuento
como cosa que no es mía,
pues ese día sopló el viento
Y yo canté de alegría.
¡Viva mi país florido!
¡Viva la mujer bonita!
¡Y viva también ese Dios
Que igual da vida que quita!
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