martes, 11 de octubre de 2022

El hombre, es como un árbol de hoja caduca

 El hombre,

 es como un árbol de hoja caduca

 

Ella, es mi ídolo;

La que con otras comparo;

Entonces, me pregunto:

¿Por qué no ha de ser el resto igual que ella?

Si lo fueran, no habría disputas entre los hombres,

Pues todos tendrían a una  Lilith o a una Afrodita.

Lamentablemente, dios es caprichoso

Al otorgar todos los cánones de belleza  a una sola mujer.

Ella no es un sueño, ni  fruto de una alucinación

Por eso, los que tenemos la suerte

De compartir algo de su divina gracia

Nos sentimos superlativamente orgullosos.

Es posible que una belleza tan singular

Surja una vez cada cien años;

Cien años, son muchos para un terrícola

Y es raro el que suele llegar a esa edad,

Y aunque llegue,

Supongo que sus ánimos no se encuentren

Con la llama ardiente del deseo.

Tan sólo podrían lamentarse diciendo:

¡Ojala la hubiese conocido setenta años antes!

Pues entonces, lucharía para obtener sus deleites  y favores.

El hombre, como los viejos árboles,

Hincan sus proyectos en la tierra

Con vigorosas raíces,

Quizá buscando la oscuridad de su ocaso,

Mientras que sus hojas se pintan de amarillo

Como si les hubiese llegado un otoño prematuro,

Adormeciendo su sabia

Con la esperanza de disfrutar de nuevas primaveras,

Cuando los pájaros de vistoso plumaje

Se animan  a hacer sus confortables nidos

En sus frescas y áureas ramas.

Pero el hombre, es un árbol de hoja caduca

Que pierde su esplendor demasiado deprisa.

Afortunado pues aquel que logra sus objetivos

 Al llegar al mediodía de su vida.

Yo, me pregunto:

¿Ese hombre podrá alcanzar el cielo

Cuando ya ha estado en la cumbre del Olimpo?

Los mortales sólo sabemos  lanzar preguntas

 A sabiendas que, hay preguntas que no tienen respuesta.

Sólo cabe el conformismo,

Y si te ha tocado la china,

Al menos, tener la esperanza

De que llegue una primavera más florida,

Aunque sea en otra esfera, o en otra dimensión.

Donde quizá se tenga la fortuna

De hallar un  un paraíso esperándote

Con otras Liliths, u otras  Afroditas.

El amor es un invento de los dioses;

Que para unos pocos,

Es como un suave  y gratificante chaparrón;

Y para la mayoría,   

Un tifón que arrasa con su furia

Los vergeles que el hombre con su mente crea.


                                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario