Reflexiones
De
esa “Nada”
Es donde surge “Todo”
Nada hay mejor que realizar una buena
obra.
El que lo necesita te lo agradece con
el alma;
Su sonrisa de felicidad es impagable;
Luego, los sueños son apacibles y reparadores,
Porque la paz en el corazón reposa.
Podrán agitarse los vientos de la vida
Con su ajetreo continuo de ir de aquí
para allá,
Para encontrar la espiga de oro
Base del sustento y la razón de
existir;
Pero las caras malhumoradas y puño
prieto
Les temblarán las entrañas por su insaciable
codicia,
Produciendo arrugas en sus ojos
pícaros,
Abultándoles el vientre con su
estómago de vaca.
Quizás la opulencia les lleve al
antojo frívolo,
Demostrando que son más fuertes que el
resto;
Pero esa fortaleza es perecedera;
Unos días de gloria en el efímero
trono,
Olvidando la atracción fatal
Entre Andrómeda y la Vía Láctea,
Que, cuando se produzca su brutal
colisión,
Se fundirán los núcleos de sus soles
Cuya descomunal energía,
Hará iluminarse la bóveda del cielo.
No existirá la noche, y desaparecerán
los sueños
De ese enjambre de hormigas
Que es en lo que nos hemos convertido;
Entonces la cigarra, cantará sus epopeyas
En el luminoso escenario astral.
¡Sí! Para eso, tienen que pasar
Cinco millones de años luz;
Pero la Eternidad, no se mide con esa
escala
Sino con los buenos actos;
Y estas, sí que triunfarán ante el
desmoronamiento
De las galaxias y su polvo cósmico.
Los buenos actos, son el germen que
florecerá en la Nada
Pues de esa “Nada”
Es donde surge “Todo”
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