“Y
todo, por tomar una cerveza
Con
un supuesto amigo”
Sentí
mi alma caer al suelo,
Hasta pude oír el ruido cuando rodaba,
Vacío se quedó mi pecho.
Yo, era como una pompa de jabón
Que el viento al cielo la elevaba;
Pero mi alma, como una lata vieja
Al que todo el mundo da patadas,
Allí quedó, muda y desahuciada.
Mi corazón, aceleró su ritmo
Sin bombear una gota de sangre,
Pues la cabeza, era cual tormo de hielo,
Incapaz de hilvanar una frase,
Capaz de hacer comprender
Aquel calamitoso desaire;
Aquello era una vil afrenta a la razón;
No se puede comprar a una persona,
Está equivocado el que así lo crea,
Su espíritu y su condición es
Como el lobo salvaje, que a todos
cérvidos
Los ve como una parte importante de su
dieta.
Se aprovechará de ellos y de su buena fe
En un acto de
supervivencia.
Aparcada quedará la amistad
Prevaleciendo su egoísmo práctico.
Ahora, soy un ciervo sin alma, vagando
Por bosques de colmenas de
hormigón;
Y las personas que transitan por las
calles,
Son sólo sombras errantes, sin
destino,
Sin estrellas en su firmamento.
Y todo por culpa de unos chacales prácticos
Que sólo miran su ombligo y su
estómago;
A veces insaciable, al que no les
importa
Torturar los sentimientos ajenos;
Porque se creen merecedores de ser
Los reyes de las galaxias del universo;
Y el resto, somos pétreos meteoros
gravitando
sobre su azulada órbita.
¡Que te aproveche tu cerveza rubia o
negra!
Yo, me beberé la hiel amarga de la
tristeza.
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