viernes, 22 de enero de 2021

La muerte nos pisa los talones

 La muerte nos pisa los talones

Quisiera encontrar el elixir del amor;

Pero ningún alquimista lo ha logrado hasta ahora;

He probado hasta con el rocío de las flores

Extrayendo sus esencias y fragancias;

Pero todo eran burbujas y vanas  sombras.

Las claveles, se depositan en los cementerios,

Y los narcisos dorados, en la Vía Láctea,

Donde las estrellas  titilan y danzan,

A la par que el ruiseñor,   lo hace en las zarzas.

Mi  violín, se ha apagado en los jazmines,

Soy el último hombre que reniega de su ingenio

Tras haber caído en la trampa de los bribones.

Quiero un amor terrenal para compartir la vida

Antes de que ondeen los negros crespones,

Ello hará que mi viaje de vuelta sea más corto,

Antes  que algún desamor  clave sus arpones.

El hombre, que a menudo juega con serpientes

Hallará su tumba si alguna de ellas le muerde.

Entonces, solo habrá una tumba de distancia

Entre tus cabellos dorados y el humus de la tierra.

De nada servirán los románticos sonetos

Extraviados en el juramento de tus ojos;

Y los gusanos que  con su lenguaje cavan la tierra,

Mientras los pasos que se retrasan posponen su fin.

La muerte no es mía, ni tuya, ni de éste, ni de aquel,

Es propiedad de todos los seres de la Tierra, 

Y sin excepción, a todos, nos  pisa los talones,

 Juegues  o no,  con serpientes o traicioneros  amores,

 Juegues o no con  arañas , escolopendras o escorpiones.

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