Pozo
de letras
Fui un hombre
Con poca sabiduría;
Se durmió mi corazón
Y mi alma quedó fría.
Fui un poeta sin vida
Marchito como una flor;
Mi corazón nunca ardía,
Y me abrasaba el dolor.
Pero encontré mi agua
En un pozo de letras;
Cada una era una lágrima
Manada de mí conciencia.
Ahora, de vez en cuando llueve;
Pero esa agua del cielo,
No moja, es la tinta
Con la que escribo mis versos.
Ahora el sol huele a mujer
Que es sinfonía musical;
Con ella encuentro el placer
Y la oración gramatical.
Y en las noches muy oscuras
Cuando miro el viejo pozo,
Afloran mis escrituras
Que habrán de leer otros.
Quizás, tengan ojos azules,
Quizás, sean verdes o pardos;
Quizás sean unos gandules,
O quizás, sean letrados.
Quizás mañana una virgen
Que anduvo con alma en pena,
Se convierta en una esfinge
Con la mirada serena.
Ya puedo dormir tranquilo
Aunque sea debajo de un árbol,
Pues soy poeta leído;
Pues soy poeta de barrio.
No se me exige gran cosa
Para afirmar que es un arte;
Pero el arte, es el de la rosa
Que muere por avivarte.
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