sábado, 22 de febrero de 2020

La ambrosía y el placer


La ambrosía y el placer

Acepto que soy un sentimental

Incapaz de infundir amor;

El amor de  una mujer es integral;

Pero tras la entrega,  llega la perdición.

Más yo hoy daría mi vida,

Mi alma, mi oro y mi fama,

Por salvaguardar tan sólo

Una flor de su palabra.

Que son rosas sin espinas

 De los jardines del cielo,

Donde las  manzanas rubias

De las albas, derriten mis anhelos.

Escucho un  desafiante grito

En respuesta  a mi hiriente profecía;

Elevándome hasta el infinito

Tras la estela del Profeta  Jeremías.

Pese a los recelos y flaqueza

Seguiré enmarcando poesías;

En los  horizontes de  grandeza

De un  mundo que continuamente espía.

En ti busqué el amor bendito,

Pues bendecida está siempre la mujer;

Con ella, encontré lo más bonito;

Con ella, la ambrosía y el placer.

 

 

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