Mi
experiencia en Las
Rías
Baixas
Atravesé seis provincias
Para ir a las Rías Baixas,
Impresionando mi vista
Y fascinando mi alma.
Las casas de pescadores
Que a veces el mar ahogaba,
Ahora son grandes mansiones
Mirando a la costa atlántica.
Sobre todo por la costa
Parecen de cuentos de hadas,
Donde veranean dijeron
La flor y nata de España.
Sí, había muchos monumentos
Todos con historias largas,
Más me quedo con la foto
De que pobres no son nada.
En el puerto de A Coruña
Vive el fundador de “Zara”
Ese gran gallego ilustre
Por la fortuna amasada.
¡Qué no me vengan con cuentos
Que es una tierra embrujada,
Llena de terribles meigas
Y de la Santa Campaña!
Ya no son afiladores
De tijeras y navajas,
Son dueños de las bateas
Y bodegas de gran fama.
Mucha gente va a Santiago,
Con mochilas en la espalda,
Y luego en la plaza largos
Fotografían su fachada.
Comer allí no es barato,
Como tampoco es la estancia,
Son muy secos en el trato
Y no te dan importancia.
Luego como buen gallegos
No sabrás si suben o bajan;
Pero déjales los cuartos
Para que tengan a mansalva.
¿No decían que era de todos
Ríos,
montañas y playas?
Yo en Galicia no la encuentro
Si algo de playa tocaba.
Me despedí de Galicia
Con la mente muy cambiada,
Será toda una delicia;
¡Pero para vivir… mí casa!
Dejé sus cielos nublados
Y sus costumbres extrañas,
Y me volví hasta mi pueblo
De la España vaciada.
Y si veo a un afilador
Que con su zampoña llama,
Pensaré que es desterrado
Sin motivos y sin causas.
No creo que vuelva Galicia
En las mismas condiciones:
"Ver cómo viven los ricos
En sus lujosas mansiones."
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