La
palabra que quedó en el tintero
“Reflexiones”
Si de alguna cosa me
arrepiento
Especialmente destacaría una:
La de no decir aquella
palabra
Que se me quedó en el tintero
de la vida.
Y al no decirla, me pregunto:
De si habría cambiado algo aquella situación
En la que
quedé como un idiota,
O como aquella veleta
obligada a girar
Debido a la fuerza del viento
reinante.
Ello me hizo mirar hacia otro
lado,
Quizá, buscando el amparo y la
comprensión
De alguien más a fin a mis
principios morales.
El tiempo pasa; unas veces en
baldes,
Otras, comprobando que estaba
en lo cierto,
Justificando que, eran los
otros los que se equivocaron;
Pero lejos de enmendar su
error
Se habitúan a permanecer
impasibles;
Como si en realidad, nada
hubiera pasado.
El problema estriba en que
algunos perdonamos,
Pero nunca olvidamos
esa cicatriz
Que quedó por siempre
estampada en el alma.
Es cierto que el hombre,
Ocupa la cima de la estupidez
del mundo,
Y que permanece en ella
saboreando un efímero triunfo.
No me cabe la menor duda que, ese triunfo,
Dará de bruces con el Eterno
Purgatorio,
Cuyas raíces alimentan el
árbol de la melancolía.
Más si el trueno precede a la
tormenta,
Y esta, a su vez al maléfico
rayo,
Ese rayo quizás caiga,
destruyendo el tintero,
Y ya, con su tinta
desparramada
Convierta todo lo dicho y
hecho,
En un inmenso e intangible
borrón.
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