Llamada
sin respuesta
“Soneto”
Morir,
muchas veces mis labios pide;
Más
parece ser un dardo que le hiere;
En
vez de alegría viva, en luto muere
Mientras
el diablo, tumba a palmos mide.
Ella
adopta de buen grado y no despide
Aborreciendo
a todo aquel que quiere;
Un
halo dice que no desespere,
Que
tenga más paciencia y me comide.
Al
igual que lo hiciera el pueblo hebreo,
Cuando
Jesús, ya estaba agonizando,
En
retiro espiritual de largo empleo.
Mi
corazón en su altar está expiando
Convirtiéndose
en mortal deseo,
Cual
aquilón de fuego en mar bramando.
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