miércoles, 22 de noviembre de 2023

La calle del desengaño

 

La calle del desengaño


 

Hace  bastante tiempo dejé atrás la infancia,

Con ella, esparcí las semillas de mi inocencia;

Pero llegada la hora de la cosecha

La vida sólo ofreció desengaños a paladas.

Mi orgullo se yergue como montaña en el valle,

Son los otros los que se equivocan a diario,

Pero se tragan sus disculpas

Como si fuesen mosquitos del pantano.

La vida continua,

Sin  saber quien tendrá la última palabra

O quien dará su humillante bofetada

En la calle del desengaño.


Tiburones con corbata

 

Tiburones con corbata

Compartimos soledad de isla,

 Mi bandera ondea en el mástil

Del velero que flota a la deriva,

Mientras otros, presumen de sus aletas de tiburón.

La vida les sonríe

Cosa que a mí me produce poca gracia

¡Detesto a los tiburones con corbata!

Y a sus rémoras que parecen sanguijuelas

Para conseguir sus deseos materiales,

Les protege su hado y Dios lo consiente.

¡Yo, protesto! ¡Que ahí quede!

¿Más de qué me sirve?

¿Quizá para desahogar mi corazón?

¡Bueno, pues no es poco!

martes, 21 de noviembre de 2023

Dias odiosos

 

Días odiosos

 

Los días más odiosos para mí,

Son aquellos en los que no se saca ningún provecho,

En esos días, la conciencia y la mente

Se relajan de tal forma,

Que no germina idea alguna.

El cielo se desnuda  de meteoros

Y los pájaros dejan de volar

Sobrecogidos por su hastío.

Sólo el ruido molesto de las cañerías

Y el lloro histérico de algún niño,

Rompen la monotonía del silencio,

Como si de esa manera, fuesen los únicos seres

Capaces de protestar ante un día absurdo,  sin meta alguna,

Porque el corazón,  fatigado por  el eco de su materia oscura,

Pierde la ilusión como se pierden las hondas de la piedra

 En el lago profundo de la melancolía.

 

lunes, 25 de septiembre de 2023

Mi viaje a Estocolmo

 

Mi viaje a Estocolmo


 

Estaba ya preparado:

La mochila en la espalda,

El móvil bien situado

E ilusionada mi alma.

¿Cómo sería Suecia,

Lugar donde me marchaba?

¿Lleno de mujeres rubias

Con belleza inusitada?

Quizás ya a estas alturas

Me la encontrase nevada,

Y todos sus habitantes

Quedasen en sus moradas.

Yo viajaba hasta Estocolmo,

La Venecia  Escandinava,

Ciudad sin duda muy limpia

Pues su gente es educada.

Sólo serían cuatro días

El tiempo de visitarla,

Pues el dinero escasea

Y es estrecha mi ventana.

La sensación de volar

De esta ave mediterránea,

Producía escalofríos

Por algo que me agradaba.

No sabía qué pasaría,

Qué aventuras me esperaban,

Sólo serían cuatro días

Que hasta en la cárcel se pasan.

Al no entenderles su idioma

Serían las barreras altas,

Confiando en mis pardos ojos

Y en la sonrisa de España.

Ahora llegado a este punto

Dejo estrofas salteadas,

Mas cuando llegue  la vuelta

Os diré todo que falta.

Lo que más me impresionó,

Lo que más he echado en falta,

Y entonces podré deciros

Que esta historia está acabada.

 

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Los ojos que nunca se cansan de mirar

 

Los ojos que nunca

 se cansan de mirar

 


Las fotografías de esta pared

Son recuerdos del pasado,

Improntas que reflejan un estado de ánimo,

Vivencias enmarcadas en un presente

Y que por el hecho de ser únicas,

Tienen un valor sentimental, afectivo, de cariño…

Estas fotografías, colgadas en  la pared blanca,

Me miran con ojos fijos, me siguen, nunca se cansan,

La vaca cogida por los cuernos,

El roscadero sostenido por hombres curtidos

En las fiestas del pueblo

Para frenar el ímpetu salvaje del animal;

La carreta cargada de amigos de la misma añada,

Las fotos ceremoniosas de la boda de los bisabuelos

O la de los primeros paseos al inicio del noviazgo.

Estas personas ya no están entre nosotros,

El tiempo se tomó la justicia con su mano de hierro,

Aunque ya no envejecen,

Quizás otras fotografías de los que aún vivimos

Sean colocadas en otras paredes, en otras alcobas,

Para al final poder decir:

“Estos son nuestros antepasados”

 

viernes, 25 de agosto de 2023

Los molestos tábanos

 

Los molestos tábanos

 

En este tiempo  estival, de ayuno severo,

He procurando inhibirme de problemas,

De pensamientos filosóficos,

De buscar lágrimas falsas,

De crepúsculos púrpuras,

De flores exóticas.

He procurado barrer de mi cerebro

Los tábanos molestos de agudos estiletes,

Los cuales, te hacen saltar y dar manotazos desesperados;

Pues aparecen sin necesidad de buscarlos.

En esta situación, la felicidad es inmensa.

Colocarme la venda en los ojos,

Fue la mejor manera para tranquilizar los nervios y el corazón;

Pero esa venda, sabía que  tenía el tiempo contado,

La vida continúa, y los crueles y desaprensivos tábanos,

Vuelan a su libre albedrío,

Llegando a comprobar que si antes eran cientos,

Pasado un tiempo se multiplican como las malas yerbas.

No hay pesticida que pueda con su orgullo y su poder,

Y por tanto, engordan haciéndose más ver.

Los tábanos, siguen ocupando sus escaños,

Siguen presidiendo las federaciones deportivas,

Siguen derribando aviones en los que vuelan

Los que un día alzaron la voz revelándose,

Las puertas giratorias siguen engrasadas para estos tábanos,

Siguen  dirigiendo el narcotráfico,

Las crueles e injustas guerras,

Y siguen colocando vallas para proteger su imperio.

Nadie puede con estos tábanos. Nunca dimiten.

Haría falta que se alinearan los astros,

Para que se les empezase a señalar.

¡Son ellos!

Hace veinte años a mí me hicieron…

¡No te remontes a tanto tiempo!

Antes de ayer, ayer, hoy mismo, me lo hicieron a mí.

Pues lo consideran tan natural, como natural es respirar:

“Reírse de las desgracias y aprovecharse del prójimo”

jueves, 3 de agosto de 2023

Un gran rebaño, no hay duda

 

Un gran rebaño no hay duda

 


Serán tiempos difíciles,

¡Pero nadie se priva de un capricho!

Si es menester se dejarán por unos días de comer,

Alargarán su visita a   la peluquería,

Se privarán de ir al cine, al teatro,

O cualquier lugar donde haya que pagar.

Y ahí están, tomando el sol,

Mezclados con los terratenientes.

Quizá, tomar el sol en primera línea de playa

Nos hace más iguales,

Pues todos ocupamos el metro cuadrado que nos pueda tocar

¡Y si no nos corresponde, lo disputamos con quien haga falta!

Como la oveja disputa la sombra del árbol añoso

Cuando el sol de canícula aprieta.

El problema, es que se nos compare con ovejas,

Pues todos formamos parte del mismo rebaño humano.

¡Pero cuidado, las alimañas acechan!

Estas aprovecharán cualquier descuido

Para robarte bien sea el teléfono móvil,

La cartera que tengas con los cuatro cuartos,

Los enseres que lleves en la mochila,

U otros objetos sin ningún miramiento.

Son hienas acechando a su presa;

Les da igual si están moribundas

O  gozan de un perfecto estado de salud.

¡No les importa la edad, ni el color de sus cabellos!

Los objetos brillan, y eso les hace ser atractivos.

No es menester ir al Brown de new York, para que te saqueen,

Cualquier banco del parque,

Cualquier calle o avenida por ancha que sea,

Les puede resultar un sitio ideal.

No te dejes abrazar efusivamente

Creyendo que el que lo hace te ha confundido

Con una persona que hace tiempo no veía,

El abrazo, es el imán para atraer cualquier objeto de valor,

Luego se disculpará con una sonrisa;

¡Pero mira tú muñeca! ¿Conservas el reloj?

¿Conservas tú cartera? ¿El anillo que te regaló tu madre?

Pues tus manos parecerán hechas de jabón.

La policía está ahí, pero harán la vista gorda,

Pues en caso de entrometerse, igual le birlan hasta la gorra.

España en verano se masifica

Llegando a multiplicar su población en cinco o seis veces.

¡Un gran rebaño, no hay duda!

Pero no hay que olvidar que en los grandes rebaños

También existen las ovejas negras.

 

jueves, 27 de julio de 2023

Mil maneras de morir

 

Mil maneras de morir

 


Podrá haber mil sitios para morir;

Pero sólo uno donde se morirá;

Se podrán tener mil amores;

Pero sólo uno te corresponderá.

Lo curioso, es que tanto el amor

Como el sitio donde  morir

No tienen la potestad de elegir;

Esa elección no es nuestra,

Salvo que se tenga un instinto suicida;

Pero en tal caso, nunca se puede elegir

La forma, el arma, o el elemento.

Todos están ahí, esperando,

Como la piedra espera en el precipicio,

La soga, el río, el mar, la cárcel o el frio cuchillo.

No se puede elegir la consistencia de la soga,

Ni su grosor, ni su longitud

Para poder alzar nuestra cruz.

Te podrás ahogar en la apacible playa,

En medio del océano embravecido,

O simplemente con una miga de pan,

Sólo el destino lo sabe,

Y aunque no se creyera en el destino

La certeza es que el destino

No tiene apegos ni sentimientos,

Él es quien decide el último segundo,

El último latido,

La última mirada,

El último rictus.

Hasta la nieve blanca y pura

Acaba derritiéndose por el sol abrasador;

Hasta la flor más bonita del jardín

Tiene los días contados,

Y nosotros, somos un número

Para saber el orden dentro del  gigantesco bombo estelar;

Pero al final, por mucho que nos queramos escabullir,

Nuestro número sale.

Por tanto, un número del infinito que se puede borrar,

Una inmundicia que se puede tirar,

Un recuerdo que se puede olvidar.

Somos unos caníbales

 

Somos unos caníbales

 


Somos unos caníbales,

Nos comemos todo lo que nade, corra, o vuele,

Con tal de que tenga un corazón.

¡Pobres cerdos!

¡Pobres pollos!

¡Pobres corderos!

¡Pobres…!

¡Engordar para morir!

¡Pobres toros!

Que después de ser mareados por un trapo rojo

Para diversión de los espectadores,

Se  acaba dándole la estocada,

 Para después, satisfacer nuestros instintos caníbales.

¿Y la cabra?  ¿Qué aliciente tiene el tirarla desde  el campanario? Sino para ver en qué estado queda.

Pero son fiestas. Y en fiestas, todo vale,

El  caso es que la gente se divierta pese a los males ajenos.

¡Qué mal nos hicieron!

¡Qué tiranos nos hicieron!

¡Qué torpes!

¡Qué cortos de miras!

Cuando se extingan los animales

Al igual que Saturno,

Nos comeremos a los niños,

Por el mero hecho de que son proteínas,

Y por último nuestros propios órganos.

Alguno dirá que exagero;

Pero es lo que veo por el camino que vamos.

Yo, en lo único puro que creo, es  el viento,

Pues tiene la facultad de  estar en  todas partes,

Y el único, que es capaz de guiar a las nubes

 Por los senderos del cielo.

 

 

jueves, 20 de julio de 2023

Después de tanto oír y oler

 

Después de tanto oír y oler

 


La edad, me hace cambiar,

Pisando donde ya está machacado;

Es verdad que  se ansían los senderos estrechos,

Aquellos que incluso te impedían el paso;

La intriga fue que supe dar la vuelta

Tras cientos de veces intentándolo;

Lo fácil, sería volver a un sendero oscuro

Arriesgándome al furor de la tormenta;

Ahora, esas tormentas las observo bajo techo,

Sin importar que caigan  chuzos de punta,

Porque estoy rodeado de recuerdos agradables,

Objetos decorativos que, hasta me sorprendo.

Fuera de mi cobijo, la savia  verde predomina,

La nube descansa. Pero en la lejanía,

 Siguen  rugiendo los formidables truenos.

En su diccionario, caben todos los horrores,

Todos los errores, todos los amores.

Me pongo triste. Al pensar que, posiblemente,

 Alguien tema a la tormenta y  asustada

Ponga los pies en lo alto de una silla,

O vuelva a la cama para protegerse

Tapándose  hasta la cabeza para aislarse.

 Las tormentas del alma también causa estos efectos.

En el exterior, el verde aún quiere más,

Adora esa clase de música atronadora,

Pues ella, es la precursora de la gentil  lluvia;

La lluvia  refresca y purifica el aire

Y luego, todo huele a tierra mojada,

Sabor agradable e inspiradora de deseos ocultos,

También prohibidos, porque alguien,

 Dijo una vez que era pecados mortales.

¡Curioso por ser alguien que tiene el poder de alzar la voz!

Muchos le hicieron caso y aceptaron dicha ley.

Pero el alma no entiende de leyes

Y se niega a perder su libertad.

El presente se forja  a base de recuerdos,

A veces, sombríos, a veces con intensa luz,

Siendo  esa luz, la que hace ver las cosas

 Que permanecen ocultas 

Tras el velo de los perjuicios divinos.

Los mortales, muchas veces nos achicamos

Ante la potestad divina;

Pero a veces, es capaz de revelarse

Y preguntar por qué ha de someterse

A alguien que ni siquiera ha visto.

¡Está bien seremos ángeles caídos,

Hombres con cara roja y cuernos afilados!

Pero tenemos la facultad de pensar,

Y la capacidad para tener un criterio  propio.

La edad, es sabia, sólo los niños obedecen

Y se dejan llevar de la mano,

Porque todavía carecen de conciencia.

Más la conciencia, se engrandece 

Conforme avanzan los años  haciéndose libre.

¡Qué digan lo que quieran!

¡Qué ladren como perros sedientos de sangre!

A estas alturas de la película,

Ya nadie puede decirme lo que debo hacer o decir,

Cuando la mentira se pasea por doquier.

Es ya tan habitual, que te hacen confundir el día con la noche.

Nada de lo que se dijo ayer tiene sentido hoy,

Porque son los mismos perros con distintos collares.

¡Pero bueno, créeles para así facilitarles

Que sigan incrementando su capital a costa de los ingenuos!

¡Qué no, que todo se hace con un fin materialista!

¡Ya sé que no me has oído!

Quizás porque tus orejas son pequeñas todavía,

Y tu nariz, no tiene el fino olfato del sabueso.

Por curioso que pueda parecer, las orejas y la nariz,

 Son los únicos miembros que siguen creciendo.

Yo antes era chato, y las orejas las tenía pequeñas;

Pero después de tanto tiempo de   oír y oler,

Han crecido tanto que no me las reconozco.

Por tal motivo, que no me vengan a dar lecciones

Alguien que no me iguale o supere en edad.