Los
dioses del halago
“Hola cielo” dices siempre
Con esa divina voz,
Que mi alma se enaltece
Y acelera el corazón.
Palabras bien estudiadas
En la escuela de la vida,
Es algo que siempre agrada
Y lo que jamás se olvida.
Pero el cielo reina en ti
Y empapa de cortesía,
Pudiendo así recibir
Ramos de filosofía.
El día que no me saludes
Con palabras elocuentes,
Pensaré que fue una nube
La que te eclipsó la mente.
Que habrás tenido un bajón
Por algo que te preocupa,
Olvida el negro cajón,
Vive tu vida y disfruta.
Todo se puede solventar
Es sólo cuestión de tiempo;
Yo siempre habré de ayudar
E incluso con mi silencio.
Pues muchas veces me cayo
Por no decir lo que escucho,
De los viles y lacayos
Con los que a diario lucho.
En el fondo envidia tienen
Diciendo que no es para tanto;
Que quien desea te obtiene
Y si es menester, pagando.
Yo te tengo y nada pago,
Tengo sueños terrenales;
Más los dioses del halago
Sólo pagan con puñales.
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