Flor
sin destino
Dos hombres vieron una flor
Que crecía en el camino;
A los dos les cautivó,
Era la flor del destino.
Uno la arrancó del tallo,
El otro mientras lloró,
Porque la reina del prado
Moriría sin remisión.
Todo era cuestión de tiempo
Lo que dura la pasión,
Que es un suspiro del viento,
Un viento que se alejó.
Y mientras uno la olía
Extrayendo sus fragancias,
El otro permanecía
Ahogándose con sus lágrimas.
Había que haberla dejado,
Pues era la luz del día;
Triste se ha quedado el prado
Y sangrando… ¡El alma mía!
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