Infierno
interior
Llega la noche engalanada de estrellas,
Las añoranzas quedan en un rincón;
Apareciendo las mentiras y querellas
Que titilan en nuestro infierno interior.
El corazón dormido brilla y se agita
Mientras es acariciado por una arpía,
Envolviéndolo con ensueños de risa
El amanecer prometido ¡Pura ironía!
No existe el alma en los juncos del
lago
Sólo telarañas de oro en pétalos sin flor,
Envolviendo las tristezas con halagos
Enmascarados con el verso adulador.
Componiendo partituras celestiales
En sus pentagramas el hombre se perdió,
Y ahora soporta los envites invernales
Que deslumbran el armiño vengador.
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