Acepto
mi derrota
Se puede aceptar una derrota
Mientras tu orgullo siga vivo;
No importa si tu alma quedó rota,
Lo importante es no estar cautivo.
Jinetes llegarán en albas rosas
Arrastrados por vientos convulsivos;
Sus armas han de ser más poderosas
Que el fuego de los rayos
destructivos.
En tu frente se asentará la corona
Como en Jesús, asentaron sus espinos;
Pues la sangre derramada tiene aromas
De jazmines, de azucenas y de lirios.
La derrota de ayer será victoria
Al
lograr ese sueño perseguido;
Pues la vida es una gigante noria
Que otorga a cada cual lo merecido.
A veces, es bueno probar la hiel
Para así saber cuánto te amarga;
Si luego te recompensa la miel
De una primavera florida y larga.
La calabaza, torna a carroza real,
Los ratones, son
blancos corceles,
Y en la noche inmensa y sideral
Coronarán tu frente con laureles.
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