Tengo
una casa
que nadie habita
“soneto”
Tengo una casa que nadie habita,
Un día vivieron hombres remangados;
En sus habitaciones, espíritus
transitan
Cual actores, en luminosos decorados.
Nunca estuvo abierta para dar
hospedaje,
Inquietas sombras pasean tristes;
Cual fantasmagórico árbol sin ramaje
Que el otoño cruel, de hojas desviste.
Su desdicha se yergue en negra cruz,
Su mundo se detuvo e hincó de rodillas
Esperando con angustiosa calma ver la
luz.
Es posible que conozcan otro amanecer
Si reciben el bálsamo idílico de tu
visita,
Y tu celestial belleza les haga florecer.
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