La
zarza del amor III
¡Qué puñetera es la zarza!
¡Y qué agradables sus moras!
Pues al cogerlas se engarfian
Sus espinas vengadoras.
Una pequeña y dorada
Fue cual letal aguijón,
Dijo que estaba frustrada,
Y de manera envenenada
Se clavó en mi corazón.
Es algo que no entendía,
Jamás supe su razón,
Pues por ella desvivía
Y mostré mi simpatía
El tiempo que nos unió.
Quizá estaba muy madura
Y yo la cogí muy fuerte;
Soy hombre de Extremadura,
Donde la tierra es muy dura
Y los hombres…, van a muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario