Abismos
de amor
El amor, es como el océano inmenso;
A veces, se muestra tranquilo y placentero,
Con suaves brisas de dulce virtud;
Pero cuando sus olas se agitan por los vientos
Muestra su fiereza y su ingratitud.
Me propongo con estrofa seria y fría
Sin elucubraciones alteradas,
Mostrar sus olas de espuma y cristal,
Soy
río vivo, mostrando algarabía
Aunque sé que llegará el penoso día
El hombre vive en su oscura caverna
Echando raíces en su huerto pequeño;
Con un soplo prolongado de tristeza;
Mientras que el azulado e inmenso mar
Decapita todos nuestros sueños
Sumergiéndonos en sus abismos y
oscuridad.
El hombre se siente un ser imperfecto
Al no poder atisbar con su ciencia
Los vertiginosos abismos humanos,
Ni tampoco la profundidad de su corazón;
Más sí lo hace la mentirosa conciencia
¿Quién puede entender este milagro
Cuando la muerte llega a los ochenta años?
Me queda por andar mucho camino
Y clavarme muchos aguijones de
venganza,
Admirables zambullidas con máquinas
En el incansable vientre del destino.
Bandadas de palomas torcaces
Heridas por las lanzas de la luna,
Llegan hasta sus fauces formidables;
Tragándose los sueños de blanca espuma
Con colmillos cual afilados sables.
Formando el más irónico contraste,
El océano salvaje y el dulce amor;
El hombre es un mar sin sal
Hermoso alcatraz volando en derredor
De un enigmático y sombrío puerto;
Mientras el Azulado océano de cristal,
Se adentra en el íntimo remordimiento,
Desconociendo tu destino y amor secreto;
Tempestades que humedecen mis ojos,
Amoratados de tanto llorar;
Pero por más lágrimas que derramemos,
Nunca equivaldrán a las salobres
lágrimas
Que contiene una sola ola del mar.
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