Manantial del alma
Al nacer todos lloramos
de una forma natural,
¿o acaso no es ser de humanos
que un hombre pueda llorar?
El llanto de un hombre es silencioso,
sus ojos escasean de lágrimas;
pues al contrario de la mujer,
el hombre no llora con los ojos
sino con sus entrañas.
¡Cuantos hombres no habrás visto
murmurando por las calles solitarias!
Seguro que iban llorando
y creíste eran plegarias.
Cuando el dolor es más grande
más cuesta derramar lágrimas;
Y estas son como diamantes
nacidos dentro del alma.
quizá perdieron sus sueños
justo con la tierna infancia,
por eso, van solitarios
situándose a distancia
para que nadie descubra
esa temblorosa lágrima
que se resiste a salir
del manantial de su alma.
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