“Predator”
Hay gente a la que les sonríe la
vida,
Les basta con mirar al cielo
Para que una lluvia dulce caiga
sobre sus cabezas.
La tierra la pueden conquistar tan
sólo con alargar la mano;
Yo, sin embargo, pertenezco al
grupo
Que se encuentra descarriado en el caos de su propio destino;
Por no tener, no tengo ni nación.
¡Sí! nací en un lugar determinado y
ello,
Debería bastar para tener una patria;
Pero esa patria, alquimia de la imaginación,
Se forja en los peciolos del
corazón
Y hace convertir el oro en gris y tóxico plomo.
El plomo es repelente, y pesado,
Y de
tanto convivir con él
Acabas siendo plomo, sin valor
alguno.
Pobres suicidas que no encuentran
solución
Para hermanarse con el resto
privilegiado.
Mientras, la patria, mira
impasible,
Cerrando sus puertas;
La codicia es más fuerte que el
apretamiento de las manos;
El espíritu humano vaga por
galaxias remotas,
Mientras que por dinero o petróleo,
Te llevan al holocausto,
Y ya, con el cuello medio roto,
Te revuelcas en el fango ardiente
del infierno.
Todos los días saludo al mundo
Al igual que saluda el idiota
Que sólo sabe pasear por calles estrechas
Y sin oportunidades;
El sol entonces, es atrapado por la
mansión palaciega,
La del lujo inextinguible,
La que con uno sólo de sus
pestañeos
hace derretir la mantequilla para después
desvanecerse.
Entonces, huyes para no ser
atrapado
Por su mano lujuriosa,
Ante el temor de ser comido o
convertido en jabón.
Por eso, lo primero que aprende un hombre como yo,
Es a correr, zigzagueando,
Para evitar su
manoseo o su burla,
Convirtiendo al sol en su pelota de
juguete
Que si te da te aplasta.
No es fácil escribir la palabra
amor
En alguien que nunca encontró amor,
Como es difícil oír la musiquilla
de la luz;
Para los desarraigados que viven en la oscuridad,
El mundo se ha convertido en una
computadora
Que te señala con el dedo y te
interroga,
Siendo carne de cañón
Al que derriban como un árbol viejo
para luego hacer leña.
¡Jódete! Como se jode tu estrella
sin luz;
Quisiera vengarme; Pero soy tan
débil
Que no puedo hacer más que
conformarme con el llanto
Y la nula ayuda de la humanidad.
Trato de razonar;
Pero la razón es antagónica
Con “El Predator”
Mis ojos están cansados
El dolor se hace más fuerte,
Quizá, esto, sea sólo una más de mis
muchas pesadillas;
Y mañana, con la mente limpia,
Ponga fin a estas aventuras
Que se enmarañan con garfios de
acero a mi mente
Y pueda disfrutar al lado de mis
amigos y familia.
¿Qué...? ¿Dónde...? ¿Cómo...? ¿Cuándo...?
Preguntan los ecos del silencio.