Como
la altiva amapola
Dices
querer vivir sola
Y no depender de nadie,
Como
la altiva amapola
Que se enamoró del aire.
El mar tiene muchas olas,
Mas el día, una sola tarde;
Yo sigo yendo a mi bola
Y te quiero igual que antes.
Yo te querré en la distancia
Aunque parezca un alarde,
Te quiero, pues la nostalgia
No impedirá que te hable.
Ablando nos entendemos,
Se apaciguan los pesares,
Aunque a veces empeñemos
Orar en sagrados altares.
La virgen siempre me escucha
Ella es diosa y también madre,
Anima a estar en la lucha
Pues huir es de cobardes.
Por eso, sigo en el frente
Por cruenta sea la batalla,
Un día cambiará mi suerte
Y te tendré bien cercana.
Lo malo quedará atrás,
Los enfados, los desplantes…
Será un tiempo para gozar
Del festín de prietas carnes.
Habrá nuevos horizontes
Y otoños crepusculares,
Más echaremos al monte
Buscando rayos lunares.
Recitaré mis poemas,
Te cantaré mis canciones,
Donde reflejo mis penas
Y todas mis ilusiones.
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