jueves, 28 de mayo de 2020

Emaus


 




 
Emaus
 


Emaus,  ciudad de Palestina, situada a unos once kilómetros de Jerusalén, y lugar donde Jesucristo después de su crucifixión, se le apareció a varios de sus discípulos, decepcionados por   ver la muerte del Mesías. El único hijo de Dios. Y donde aquellos desesperados, volvieron a encontrar la esperanza.

Emaus, evoca en todos creyentes o no, la común comunicación de que sólo el amor puede unirnos y hacernos avanzar juntos.

El objetivo de este movimiento es actuar   para que cada ser humano, cada sociedad, cada nación, pueda  vivir, afirmarse y realizarse en el intercambio y compartir.

En latín, Emaus, se escribe Emmaus, cuyo significado es “Primavera templada”

Pero no era una  primavera templada; Sino un  invierno horrible  y gélido parisino, donde la niebla bajaba  hasta la altura de los tobillos, donde un alma gentil, comenzó a mendigar por las calles y a buscar en la basura para recuperar y vender todo aquello que pudiese servir a otros.

En el invierno francés de 1.954 empiezan a morir personas en la calle. Esta alma gentil, lanza un célebre llamamiento en Radio Luxemburg: “ Amigos, una llamada de socorro. Una mujer acaba de morir congelada esta noche en la acera del bulevar Sebastopol, y en sus manos tenía un papel de expulsión de su vivienda."

Así comienza la insurrección de la bondad y en los días siguientes se recogieron más de 2.000 toneladas de donaciones.

Traperos de Emaús,  se dio a conocer en los países hispanos recordando que esta organización tuvo su origen recuperando cosas y artículos  de la basura. Y que en la actualidad, se dedica exclusivamente  a recuperar a esas personas que han tocado fondo, bien sea por culpa de las drogas,  por haber sido maltratadas física y síquicamente, por  aquellos delitos que incluso les llevaron  a permanecer en la cárcel, perdiendo con ello el más preciado de sus bienes. Dándoles una oportunidad  y aliento para poder convivir  con la sociedad, dándoles trabajo, casa… Y volver a tener una relación con sus familiares.  Pero no les regalan el pez para que puedan comer ese día; Sino que les dan las herramientas necesarias para que con su trabajo honrado, pueda construir la red que le sirva para que en un futuro, puedan ser autosuficientes. Y  no vuelvan a existir inviernos fríos, sino primaveras templadas.

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