miércoles, 27 de junio de 2018


Tom, el perro abandonado


 

Fue un día de Agosto, en el crepúsculo

cuando Tom, fue abandonado por su dueño.

Tenía que irse de vacaciones y sin escrúpulo

lo abandonó cual carcomido leño.

 

Todos coches al pasar con bocinazos

protestaban por ir en medio de la vía.

Tom, creía que abrirían sus brazos

Y que alguien en su casa acogería.

 

Y en su instinto animal se preguntaba:

¿Por qué su dueño tal acción hacía?

Cuando de sus niños con afán cuidaba

y jugaban con él radiantes de alegría.

 

Mucho fue lo que Tom, tentó a su suerte

por no saber de qué lado acudiría,

esa mano bendita que estaba ausente

y que él idolatró día tras día.

 

Mas su frenético reloj quebró la hora

al no frenar el coche un joven ebrio,

que pese al estruendo y sin demora

continuó la marcha con su tedio.

 

Y allí quedó sangrante Tom, en el asfalto

sin moverse, como un guiñapo retorcido.

Sin duda aquel día voló muy alto,

pues por segunda vez había nacido.

 

 Hay quien dice que a Tom, lo vieron muerto.

Otros, que merodeando por un jardín sombrío,

que el pobre Tom estaba cojo y tuerto

y que esperaba a su dueño en el estío.

 

¡Qué ejemplo Dios mío, nos da Tom!

Tom, el perro cojo y tuerto,

volviendo sin ninguna condición,

sin brizna de arrepentimiento.

 

Tom, fue nuevamente abandonado

Al verano siguiente ¡Quién lo diría!

Pero en el sino de Tom, está sellado

que eso, a su dueño jamás lo haría.

 

Hay muchos Tom, por el mundo,

más de los que desearía.

Si algún día ves a Tom, ya moribundo,

¡Entiérralo para acabar con su agonía!

 

***

 

Notas  de autor:

 Muchos perros como Tom, son abandonados todos los días en la carretera. Se pueden quedar días esperando en el mismo lugar en que su amo le invitó amablemente a que bajase del coche. Y espera a que su dueño vuelva.

Y entonces, la espera se hace larga y comienzan a flaquearle las fuerzas. Necesita de alimento pero ese alimento no llega. Y comienzan a vagar sin rumbo fijo, con la cabeza baja y el rabo entre las piernas. Su caminar es lento e irregular y su mirada se torna triste. Y cuando alguien le mira, entonces mueve el rabo en señal de agradecimiento. Y si le premias con un puñado de pienso que de forma casual llevas en el coche, para uno de esos perros falderos que tanto presumes por su pedigrí  y te animan para que salgas a pasear, corre de tras de ti intentando entender por qué lo dejas allí.

Pasa el tiempo y un día, ya no lo ves; Pero ingenuamente piensas que algún corazón bondadoso se lo habrá llevado a su casa y  auto engañándote, piensas que   cuidará de él.

A los pocos días lo ves tirado muerto en la carretera porque un coche lo ha atropellado. Tal vez porque ya estaba derrotado de ir de un lado para otro y por la noche se hallaba  calentito tumbado en el asfalto.

Esto le pasó al perro de la foto y a muchos más cada día.

¡Es una injusticia! Pero nadie hace nada para remediarlo.

 

***

2 comentarios:

  1. Ojalá más gente se diera cuenta de lo que sucede con estos pobres seres de ojos tiernos, que con poco que les ofrezcas te dedican su vida entera. Sólo cabe en la mente humana el abandono una vez utilizados para el fin que buscaban, sin remordimiento alguno... espero que algún día cambie la visión de la humanidad hacia el resto de seres vivos del planeta.

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    1. Muchas gracias por tu comentario y por el detalle de los ojos tiernos.
      Un saludo cordial.

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