domingo, 1 de septiembre de 2019

El espino albar y la Virgen de Aránzazu


El espino albar

Y la Virgen de Aránzazu

 
 

Ella, era una  princesa,

 Su amado era un trovador,

 Más no tenía la licencia

Ni siquiera de oír su voz.

Su padre se lo  impedía

Era de baja condición,

Por tanto no merecía

Ni un segundo de atención.

Pero la princesa no hizo caso,

Y un día se las ingenió,

Para poder verse en el ocaso

A solas con su gran amor.

La princesa era espiada

Y una negra sombra la acechó,

 Trágica era la daga

Que en su corazón pinchó.

Fue por  obra  de su padre

Quien la vida arrebató,

Antes de ser desposada

Con el rey de otra nación.

Y en el jardín del palacio

Donde primero da el sol,

Fue sepultado su cuerpo

Sin ninguna bendición.

Qué triste quedó su amado,

A su cita no llegó;

Pero un viento huracanado

A su tumba lo guió.

Allí se cortó las venas,

Con su sangre la regó,

Ya nadie podrá privarnos

La eternidad a los dos.

Las raíces de la maldad

Penetran en la tierra,

Y su sabia hace  germinar

La espina de  la indiferencia.

No los dejaron vivir  su vida,

Y enamorados, se mataron,

Para que nadie pudiese separar

Y poder vivir en el cielo

Su sueño de amor y libertad.
 

No derramaron su sangre en vano,

Así lo quiso el Dios Divino,

Pues su sangre hoy  fertiliza

El arbusto del espino.

Y aunque sus flores son blancas

Y se toma en infusiones,

Pocos saben que beben las almas

De dos apasionados corazones.

 


Un pastor guipuzcoano, llamado Rodrigo Baltazegui, caminaba solo por el monte cuando escuchó un cencerro entre unos arbustos. Al acercarse, encontró el rostro de una Virgen sobre un espino blanco y sin dar crédito a lo que veía exclamó: “Arantzan Zu”, expresión que en Eusquera significa “Tú entre los espinos”

Aranza, se traduce como “espino” y el sufijo “zu” que indica “abundancia” Por lo que significa algo así como “abundancia de espinas”
 

A raíz de esta aparición se construyó en el lugar un Santuario de la que a la postre sería la patrona de los guipuzcoanos, Nuestra Señora de  Aránzazu, por eso, en sus torreones los vemos llenos de espinas y por eso, a la Virgen de Aránzazu suele presentarse sobre un tronco de espino y con un cencerro al lado.

 

 

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