La
gran casa
"Rima libre"
Los recuerdos se agrupan en la gran casa,
Y pese a que permanecen vacías sus
estancias;
Aún se respira el trasiego de
espíritus jóvenes
Que tenían una vida por delante con
prometedor futuro.
Los barcos forjados en sus balcones
Parecen navegar a la deriva en un mar
sin olas ni gaviotas ;
El viento implacable hace estragos
En los ladrillos salitrosos de la
sobria fachada.
Los palacios de los hombres se
derruyen
Con la gota continua al faltar mantenimiento;
Pues
la soledad, agota y crea fantasmas.
Recogeré las instantáneas estampadas
en papel
Y marcharé sin girar la cabeza;
Quizá, lo más propicio sea olvidar,
Como en olvido quedaron los geranios
Que se desbordaban de los tiestos.
Las manos diestras ya nos dejaron
Para fundirse con los tembleques del Parkinson;
Aunque quizá, esos mismos geranios
Vuelvan a florecer en los jardines del cielo,
Donde el cierzo, se convierte en suave
brisa,
Y el sol abrasador, es cálida llama de hogar
Donde todos tienen cabida para
calentar sus manos.
La corona de los dioses humanos se rodea de espinas,
Y hoy, sólo las palomas con su monótono
arrullo,
Presiden su caótico altar impregnado
de excrementos.
Su último inquilino dejó de sentir y
padecer
Al sufrir en la sien el disparo
fulminante del sintrón,
Y ya, ajeno a las preocupaciones
terrenales,
Su aura, es fuego fatuo que se ríe del
espigado ciprés,
Cuyas soberanas raíces, son poderosas anclas
Que nos recuerdan que están vivos
Pese a no poder dar ni un solo paso.
La galerna cruel abofetea el rostro y el orgullo,
Encaminando nuestras sombras hacia ese abismo
De dos metros de largo por dos de profundo
Donde rendimos cuentas y pagamos las últimas facturas.