La musa de la elocuencia y la poesía
Esposa de Apolo y madre de Orfeo.
Dios, estaba dormido,
y al abrir sus ojos,
se recreó en los tuyos
que hizo preciosos.
Pero además,
y a toda prisa,
iluminó el firmamento
con tu sonrisa.
Pero no conforme,
formó tu cuerpo,
para admiración de poetas
y navegantes de sueños.
Luego formó tu boca
y le dio aliento,
para mecer las nubes
del sentimiento.
Pero tan bella te hizo
que se enamoró de ti,
y no quiso desprenderse
de dicha flor de alelí.
Mas cuando llega el crepúsculo
coronado de violetas,
lo admiran los enamorados
a la vez que los poetas.
Pues pensamos que eres tú
la musa del cielo y tierra,
que enlaza los corazones
y en nuestra alma te adentras.
Dedicado para una señorita,
de la que ni siquiera sé su nombre.